La fuente de inspiración de Dogny Abreu desde siempre ha sido su entorno, y especialmente el de su Cuba natal. Fascinado por la naturaleza y atraído por las piedras, huesos, raíces, y otros materiales ya a la edad de 8 años muestra sus aptitudes en talla de madera elaborando collares, amuletos, pequeñas escuturas y construyendo juguetes para los niños de la aldea.
Para ayudar a mantener a su familia además de vender las piezas elaboradas por él a los turistas, uno de los oficios que ejerció Dogny mientras cursaba sus estudios de secundaria fue el de carbonero. Durante esa experiencia, siendo aún un adolescente, quedó fascinado con el proceso de combustión de madera y sus cambios de tal manera que hoy en día la quema de madera está muy presente entre las técnicas empleadas en su trabajo como escultor.
Sus inicios en la escultura en piedra comienzan en el 2005, con su llegada a España, y el encuentro con el escultor Ceferino Lámelas, quien le obsequia con las primeras herramientas de sus propios inicios como escultor y un bloque de mármol de Carrara.
Dogny Abreu, es un escultor completamente autodidacta que vive con pasión cada una de las piezas que realiza. Trabaja sin esbozos, ni maquetas, ni compases, enfrentándose directamente al bloque sea de madera, piedra o mármol. La felicidad y la bondad son integrantes importantes de su filosofía de vida que está bien presente es su obra. Su obra está llena de luz y transmite paz y serenidad.
Su obra forma parte colecciones privadas en Holanda, Alemania, Italia, España, México, Puerto Rico, Cuba y EEUU.
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